
La XXVI edición de la Feria ha reunido una gran diversidad de experiencias de producción de semillas de variedades tradicionales, así como expertas en agricultura sostenible y horticultura familiar.
Del 26 al 28 de septiembre, Tarazona se ha llenado de semillas, hortalizas y frutas de variedades tradicionales y con las casi 2.000 personas que han participado en la XXVI Feria Estatal de la Biodiversidad Cultivada.
La Red de Semillas de Aragón (RSA) junto con la Red Estatal de Semillas “Resembrando e Intercambiando” hemos organizado este encuentro centrado en las semillas, “ese dispositivo capaz de almacenar toda la información necesaria para sobrevivir y adaptarse a las adversidades climáticas”, tal como explicamos en el vídeo promocional:
Un programa diverso y muy completo ha nutrido esta feria que, a pesar de la falta de apoyos institucionales, ha salido adelante con la ayuda de todas las personas y proyectos participantes. Personas de todo el Estado español han venido hasta Tarazona a compartir, aprender e intercambiar experiencias en relación a la agroecología, la biodiversidad cultivada y el patrimonio alimentario, tan poco reconocido y valorado en nuestra sociedad.
La inauguración de la feria y de la exposición “Pueblos del Moncayo” contó con Diego Cobos, agricultor y delegado de agricultura del Ayuntamiento de Tarazona, quien agradeció la oportunidad de acoger un encuentro así en una comarca tradicionalmente agrícola, y compartió anécdotas familiares vinculadas al trabajo en el campo. “En las raíces es donde todas nos encontramos y expresar y valorar de dónde venimos y qué y cómo se hacía antes, nos evoca recuerdos y emociones especiales”, expresaba una asistente. También participaron más compañeros de la corporación municipal, Jacob Ramírez, presidente de la comarca de Tarazona y el Moncayo, Víctor Vidal, presidente de la RSA y Esther González, representante de la Red Estatal de Semillas.
- Inauguración de la feria
- Inauguración y presentación de la RSA
- Concierto de Pilar Almalé
El viernes, primer día de la feria, se cerró con el brillante y emotivo concierto de Pilar Almalé, violagambista, compositora y cantante especializada en música antigua, que además reside en el entorno de Tarazona.
Mercado e intercambio de experiencias
El sábado, jornada central de la feria, comenzó con un gran despliegue junto al río Queiles de puestos de artesanía, productos locales, de comercio justo, así como semillas y materiales divulgativos de las redes de semillas de distintos territorios del Estado español. Este mercado continuó durante toda la feria hasta el domingo al mediodía, visibilizando la posibilidad de consumir de forma local, justa y sostenible.
- Mesa informativa de la RSA y Simién d’o lugar
- Puesto en el mercado
- Puesto en el mercado
Durante el sábado se dedicaron varios espacios al intercambio de experiencias y visiones sobre modelos de agricultura. “Existen muchas técnicas de manejo, más enfocadas en el suelo, en los cultivos asociados, o con una visión más holística, y todas ellas pueden entrar dentro del sistema de producción ecológica, que es el único sistema reconocido en la Unión Europea”, remarcaban desde la Red Estatal. “En este marco, la agroecología proporciona una hoja de ruta para que estas propuestas productivas sin insumos químicos de síntesis, incorporen también elementos relacionados con la justicia social, algo que consideramos tan importante o más”, añadían.
También hubo lugares dedicados a las más peques, tanto en diferentes puestos del mercado, como en talleres específicos sobre agricultura natural o construcción de instrumentos con cañas.
La mesa redonda “Proyectos creativos para sembrar biodiversidad” fue inspiradora y se llenó de personas interesadas y nuevas ideas tras escuchar los proyectos de Connecta Natura, del norte del territorio valenciano, de Hazien sarea o Red de Semillas de Euskadi, y de la Red de Semillas de Aragón, como las Bibliotecas de Semillas.
Antes de terminar la mañana, una treintena de personas pudieron disfrutar de una cata de pimientos guiada por el cocinero Javier Nicolau, ganador de varios premios gastronómicos, como el premio a la mejor tapa del XXII Concurso de Zaragoza y Provincia. En la cata se comparó el pimiento Luesia, variedad tradicional de Aragón, con Lamuyo y California, variedades comerciales. Se pudieron apreciar las diferentes texturas y sabores en tres presentaciones diferentes: en crudo, confitados y asados. El pimiento Luesia se impuso para su consumo en crudo por su potente sabor, para asar por su textura, y relleno por su tamaño, su consistencia y la particularidad de que no pica como los conocidos pimientos del Piquillo.
- Semillas de Simién d’o lugar
- Cata de pimientos
- Cata de pimientos
Sandía de postre en apoyo a Palestina
La comida popular elaborada por el catering agroecológico Otra Vaina con alimentos del territorio y variedades tradicionales, cautivó por su sabor. De postre se pudo degustar sandía de Sesa, cultivada por Gardeniers para Simién d’o lugar, proyecto de comercialización de semillas de variedades tradicionales de la Red de Semillas de Aragón. “Elegimos la sandía pues se trata de un símbolo de apoyo al pueblo palestino. Desde la agroecología exigimos el fin de la ocupación de Gaza y defendemos la soberanía alimentaria de Palestina”, afirmamos desde la Red aragonesa. Además, se aprovechó la ocasión para extraer y recoger las semillas de sandía de manera colaborativa entre todas las comensales.
La tarde del sábado continuó con un café tertulia sobre cubiertas vegetales a partir de lana, con Víctor Vidal del proyecto Mas de Catxol, mientras el mercado era amenizado por un pasacalles de la mano del grupo moncaíno Alam Folk.
Después, dos mesas redondas: la primera, sobre la producción y comercialización de semillas y plantero ecológico de variedades tradicionales, en la que participaron Marta Pérez, de Ecolombana y Simién d’o lugar (Aragón), Sebastià Grimalt, de la Associació de Varietats Locals (Mallorca), Ernest Tasias, de Les Refardes (Catalunya), y María Carrascosa, de la Fundación Entretantos con el proyecto Liveseeding . En esta mesa se vio clara la necesidad de apoyar más a las microempresas de semillas y a la producción ecológica, a pequeñas y medianas empresas que son las que realmente sostienen a las comunidades y cuidan del territorio.
- Sandía de Sesa «Palestina Libre»
- Mesa redonda «Producción de semillas»
- Mesa redonda «Experiencias regenerativas»
Otra cuestión fue, por un lado, la importancia de que las iniciativas empresariales se articulen en red, como es el caso de Al Grano, nueva red de proyectos y microempresas de producción de semillas agroecológicas. Y por otro, que tanto estos proyectos como las redes de semillas, tras muchos años impulsando las variedades tradicionales, ven importante que se empiece a hablar y reproducir también las variedades de polinización abierta (que son reproducibles sin limitaciones fisiológicas) y copyleft (que no están sujetas a derechos de propiedad intelectual), pues se necesitan para afrontar los retos globales actuales, en contraposición a las cada vez más presentes semillas híbridas.
La otra mesa redonda giró en torno a distintas experiencias regenerativas, y contó con Moncayo Ecológico, proyecto de ganadería ecológica y de pasto con razas autóctonas en el Moncayo soriano, el biobosque de Aes, en Cantabria, y Permalau, en Tarragona.
Para finalizar la jornada técnica, y antes de la ruta del ecopincho por algunos bares de Tarazona, se concedió el premio JuanMa González al fomento de la biodiversidad cultivada a María Carrascosa, por su recorrido durante más de 20 años en la Red Estatal de Semillas, y el premio Semilla Recalcitrante al fomento de la erosión y privatización de la biodiversidad cultivada, a las nuevas técnicas genómicas que se van a aprobar en los próximos meses. “A través de un reglamento que abrirá la puerta a que los transgénicos no cuenten con ningún tipo de trazabilidad, se pondrá en riesgo la producción ecológica”, denunciamos.
La noche la cerraron los conciertos de Cumbiazepam, banda de mujeres con garra que hicieron bailar al público a ritmo de cumbia, y Kale Borraja, con el descaro de su punkrock y sus letras que reivindican la huerta y el orgullo agrario. Por si alguien quería seguir la fiesta, Dj Crasa supo ir leyendo las apetencias musicales del público y pinchar temazos que hicieron bailar a la gente unas horas más.
De paseo por las huertas locales
El domingo comenzó con la visita a las huertas ecológicas de ¡Y un rábano! y Ecolombana, situadas muy cerca de Tarazona, a las que se llega dando un bonito paseo por la vía verde del Tarazonica. Pablo Latorre, responsable de ¡Y un rábano! contó que ahora no optaría a las subvenciones de joven agricultor, ya que los requisitos no valen para una persona sin herencias familiares. “Es muy difícil empezar de cero en agricultura”, señaló en la visita.
- VIsita a Ecolombana
- VIsita a ¡Y un rábano!
La mañana siguió con un taller práctico sobre plantero ecológico de variedades locales con Marta Pérez, agricultora ecológica en Ecolombana, y la mesa de sabias del territorio: Cristóbal Pellicer, 88 años, de Mallén, quien todavía cultiva el calabacín de guías de su pueblo, Miguel Navarro, 94 años, de Tarazona, quien ha cultivado desde hace más de 70 años una achicoria de Verona (Italia) que le llegó de un primo de su abuelo, y Emilio Zamora, 65 años, de Añavieja, quien habló de su empresa pionera en patatas, modelo que ha servido para asentar población en un pueblo de 50 habitantes. Todo ello dinamizado por Ismael Ferrer, profesor de cocina y divulgador, que también presentó el mapa de patrimonio alimentario de Aragón, con una selección de 100 variedades autóctonas de hortalizas y legumbres.
- Batukada LGTBIQ+
- Mesa de sabias del territorio
Mientras tanto, la batukada LGTBIQ+ de Tarazona acompañó el mercado a ritmo de tambor sin olvidar sus objetivos de lucha, visibilidad y revolución, ya que nacieron a raíz de una agresión sexista unos meses atrás.
La feria se clausuró con la degustación de las frutas y hortalizas que estuvieron expuestas todo el fin de semana: sobre todo variedades de tomate, aunque también algún pepino, manzanas, peras y melocotones. Y por último, el sorteo de varios lotes que contenían productos del mercado artesanal y agroecológico, así como semillas de las distintas redes territoriales.
Desde la organización, concluimos con una reflexión y palabras de esperanza sobre el futuro reglamento de comercialización de material de reproducción vegetal, que ahora mismo está en manos del Consejo Europeo. “Para nosotras es una oportunidad de conseguir una ley de semillas que promueva durante los próximos 20 ó 30 años un sistema alimentario realmente diverso. Esperamos que el Consejo Europeo sea valiente para tomar decisiones respecto a esa normativa y así posibilitar una agricultura local, basada en la biodiversidad y la sostenibilidad. En este contexto geopolítico crítico que estamos viviendo es de responsabilidad social promover normas que vayan encaminadas hacia la resiliencia y la salud en la población”.
No lo olvidemos: “si queremos una alimentación diversa y ecológica de verdad, debemos llegar al origen, a las semillas”.