Del 11 al 13 de septiembre hubo una concentración de variedades locales en Borja (Zaragoza) y es que la Red de Semillas de Aragón organizábamos nuestras ya sextas jornadas por fin llamadas como se merecen, Feria Aragonesa de la Biodiversidad Agrícola.
El viernes empezamos con una pequeña reunión para avanzar en nuestros grupos de trabajo, aunque más bien sirvió para reflexionar sobre lo trabajado en la asamblea anual en La Cartuja.
Después pasamos al plato gordo de la tarde, una mesa redonda sobre experiencias y debate sobre agricultura y puesta en valor del territorio, compuesta por Joaquín Castillón, viticultor de Castillazuelo (Somontano de Barbastro), Santiago Lorenzo, olivicultor de Torrecilla de Alcañíz (Bajo Aragón), Eduard Susanna, de Mas de Flandí (Almazara de Calaceite (Matarraña)) y Antonio Poblador, viverista del Vivero de Abel de Caspe (Bajo Aragón). Pudimos compartir con ellos sus conocimientos sobre el desarrollo de estos cultivos, su puesta en valor tanto del producto final a la hora de comercializarlos como del territorio donde se desarrollan.
Tras varias horas de reflexión en Casa de Aguilar, salimos a la Plaza del Mercado a compartir lo que cada cual trajo para cenar y después disfrutar de los conciertos de los artistas de la zona con el grupo “Las reglas del sótano” y el pinchadiscos “Chud011”.
El sábado por la mañana nos preparamos para llenar de colores, formas y olores la plaza del mercado. Mientras en una esquina estaba la mesa de inscripciones e información, junto a la cual teníamos exposición de variedades y semillas para intercambiar, en la de enfrente teníamos el taller de “selección, extracción y conservación de semillas”.
Al otro lado de la plaza teníamos a Luisfer y su compañero preparando una riquísima comida y al otro extremo, a los/as más pequeños en los talleres infantiles haciendo marca-páginas con semillas. Y en otra plaza, a la gente que estaba haciendo el taller de injertos de la mano de Carlos Gil.
Seguidos, e incluso algo solapados con los talleres, empezaron las catas de variedades locales de melón con Amparo Llamazares y distintas variedades de uvas con David Pastoriza y Alberto Sebastián. Las variedades catadas fueron:
Variedades de uvas:
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Variedades de melón:
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Tras las catas pudimos disfrutar la riquísima comida con ensaladas y arroz de verduras, aunque algo pasada por agua. ¡Menos mal que la plaza del mercado está rodeada de pórticos!
Agradecer desde aquí a los compañeros de la red Carlos Sainz, agricultor ecológico de Tarazona, a La Sazón, cooperativa de hortelanos ecológicos de Huesca, por la donación de hortalizas y verduras para la comida, y a Ecomatarranya de Calaceite, por la donación del aceite ecológico.
Descargadas las nubes y reposada un poco la comida, las gentes de la zona junto con más personas que quisieron participar, nos juntamos en un café-tertulia con el fin de encontrarse las personas interesadas en la biodiversidad cultivada y la agroecología. Muchas gracias al equipo de facilitación que ayudó a dinamizar este espacio.
Un rato después de la hora establecida pudimos dar el protagonismo merecido a Daniel López, quien nos llevó a un rico debate sobre agroecología y transformación social, además de presentar su libro “Producir alimentos, reproducir comunidad”.
Y comenzamos la noche con la ruta del Agro-Eco-Pincho y así adentrarnos por las calles y plazas de Borja recorriendo varios bares quienes nos preparon distintos pinchos basados en el calabacín. Una vez probados todos, hicimos la votación al mejor pincho, ganando el del Hogar del Jubilado… ¡Exquisito!
Los primeros sonidos y bailes vinieron con Vegetal Jam, quienes nos enseñaron distintas danzas del mundo gracias a la inagotable y llena de paciencia, Virginia. Después vinieron los Relunatics quienes nos dejaron asombrados con sus ritmos y finalmente Charlie Faber, pinchadiscos de Sateli-3 de radio3.
El domingo amanecimos con un mercado local, agroecológico y artesano, con un montón de puestos de gente de la zona y alguno más lejano, quienes nos acercaron la gran variedad de productos que cultivan y/o le dan forma.
Durante el mercado se dio lugar a la mesa de sabios agricultores que acabó convirtiéndose en un espacio de charrada entre distintas personas quienes hablaron de sus experiencias e inquietudes, como por ejemplo la incoherencia del registro para la transformación de alimentos para pequeñas iniciativas de elaboración artesanal.
Para acabar la feria con buen sabor de boca, como viene siendo tradición, sacamos a la plaza diferentes variedades tradicionales de hortalizas y frutas para así degustarlas y acercarlas más a todas las personas que en ese momento nos estaban acompañando.
Muy contentas todas las personas de la organización por la gran acogida y sobre todo por la esperanza que se nos queda de que la biodiversidad agrícola, el consumo responsable y la agroecología sigan aflorando por estas lindas tierras del Moncayo.
Álbum de fotos realizadas por Isaac Rabadán